Manejo de estrés en residencias médicas
- publicado por Hospital Español
- Categorías Blog
- Fecha 1 marzo, 2025
Cuando llega uno de esos picos —cargas clínicas pesadas, guardias encadenadas, evaluaciones encima, casos difíciles y decisiones médicas urgentes— el estrés se vuelve parte del paisaje diario. Pero eso no significa que debas acostumbrarte a sobrevivir en modo automático.
Aquí te compartimos algunas estrategias prácticas para manejar el estrés en los momentos más exigentes de la residencia, sin perder el enfoque ni el equilibrio personal.
1. 🧍♂️Primero lo básico: come, duerme y muévete (en la medida de lo posible)
Sí, suena obvio. Pero en plena vorágine, lo primero que se descuida es lo más esencial.
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Haz pausas reales para comer aunque sea 10 minutos.
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Duerme fragmentado si es necesario, pero intenta recuperar algunas horas tras una guardia.
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Muévete, aunque sea caminar una vuelta al hospital entre casos. El cuerpo regula el estrés mejor cuando está en movimiento.
2. ✋ Aprende a decir “no puedo… por ahora”
No tienes que cargar con todo. Si estás en un momento límite, comunícalo con claridad. A veces, pedir apoyo para redistribuir pacientes o reprogramar un pendiente no es un signo de debilidad, sino de autocuidado profesional.
3. 💬 Habla con otros residentes (aunque no sea de medicina)
Tu comunidad más valiosa está al lado: otros residentes que entienden perfectamente lo que vives. Una charla rápida entre pasillos, una broma compartida o simplemente verbalizar cómo te sientes puede reducir el estrés de forma inmediata.
4. 🧭 Recuerda tu propósito
En los días duros, el cansancio te hace olvidar por qué estás ahí. Reconecta con tu propósito: estás formándote para salvar vidas, para convertirte en un mejor médico, para crecer. No estás solo y este momento no te define, solo te forma.
5. 🧘♂️ Técnicas que puedes aplicar incluso dentro del hospital
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Respiración consciente: 3 inhalaciones profundas pueden cambiar tu enfoque antes de una decisión crítica.
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Microdescansos de 2 minutos: ojos cerrados, sin pantalla, sin pensar en el paciente. Solo pausa.
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Reencuadre mental: en vez de pensar “no doy más”, prueba con “voy paso a paso”. Las palabras que usas contigo importan.
Estar en uno de los momentos más exigentes de tu formación no significa que debas atravesarlo con sufrimiento.
Cuidarte no es un lujo, es una responsabilidad profesional. Y lo mejor: cada herramienta que uses contigo, mañana podrás enseñarla a tus pacientes.
Etiqueta:estres, residencias
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