El síndrome del impostor en la residencia
- publicado por Hospital Español
- Categorías Blog
- Fecha 16 mayo, 2025
“No sé cómo llegué hasta aquí.”
“Seguro fue suerte.”
“No soy tan bueno como creen. Algún día se van a dar cuenta.”
Si alguna vez has pensado algo así durante la residencia, no estás solo. Estas frases reflejan lo que muchos médicos en formación sienten pero pocas veces expresan: el síndrome del impostor.
Este fenómeno psicológico es común entre personas altamente exigentes y autoexigentes, como lo son los médicos en formación. En este artículo exploramos qué es, cómo se manifiesta en la residencia, y lo más importante: cómo enfrentarlo.
🧠 ¿Qué es el síndrome del impostor?
Es una sensación persistente de duda sobre tus habilidades, logros o merecimiento, a pesar de la evidencia objetiva de que estás calificado. No se trata de falsa humildad: realmente sientes que no estás a la altura y que en cualquier momento “te van a descubrir”.
🚨 ¿Cómo se presenta en la residencia?
En el entorno hospitalario, el síndrome del impostor se camufla muy bien. Puede aparecer como:
Evitar hacer preguntas por miedo a “quedar mal”.
Minimizar logros o pensar que fueron por suerte.
Sentir ansiedad extrema antes de presentaciones clínicas.
Compararte constantemente con otros residentes.
Pensar que no eres suficientemente bueno para la especialidad que elegiste.
Lo más difícil es que el entorno médico, con su cultura de exigencia y perfección, puede reforzar esta sensación si no se habla de ello.
🛠 ¿Qué puedes hacer para enfrentarlo?
1. Reconócelo sin vergüenza
Saber que existe y ponerle nombre ya es un paso importante. Muchos residentes brillantes lo han sentido. No significa debilidad, significa humanidad.
2. Documenta tus logros, aunque sean pequeños
Anota cuando resolviste un caso difícil, cuando un paciente te agradeció, cuando tu jefe te felicitó. Esto no es egocentrismo: es tu evidencia objetiva contra la autocrítica exagerada.
3. Evita la comparación constante
Cada residente tiene su propio ritmo. Compararte todo el tiempo es injusto y poco útil. Tu referencia debe ser tu propio progreso, no el del de al lado.
4. Habla con otros (y verás que no eres el único)
Compartir estas sensaciones con compañeros de confianza puede aliviar muchísimo. A veces, basta con que alguien más diga “yo también lo siento” para dejar de sentirte solo.
5. Pide retroalimentación objetiva
Habla con tus tutores o médicos adjuntos y solicita comentarios constructivos sobre tu desempeño. Esto puede ayudarte a calibrar tu percepción y mejorar sin autosabotaje.
🌱 Mereces estar aquí
La residencia es un proceso intenso y desafiante, pero no llegaste por suerte. Estás aquí porque lo trabajaste, porque tienes el potencial, y porque el sistema vio en ti a alguien capaz de crecer.
El síndrome del impostor no desaparece de un día para otro, pero se vuelve más manejable cuando se reconoce, se habla y se enfrenta con compasión y realismo.
Etiqueta:residencias médicas, sindorme impostor
También te puede interesar

Tips para armar un buen CV médico
